CONSEJOS PRÁCTICOS QUE TE AYUDARAN A TOMAR DECISIONES CON MAYOR AGILIDAD
¿Te cuesta decidirte? ¿La duda te acompaña en más ocasiones de las que quisieras?. Tomar decisiones puede resultar una tarea muy difícil para algunas personas convirtiendo su vida cotidiana en un continuo dilema.
En nuestro día a día nos enfrentamos constantemente a la tarea de tomar decisiones. Algunas veces nos resultan más fáciles y las tomamos sin dedicarle demasiado tiempo, pueden ser decisiones tales como «¿qué voy a comer hoy? o ¿a qué hora decido ir a dormir? ¿cojo el bus o voy andando?». Por lo tanto casi sin darnos cuenta, todas las personas sabemos en mayor o menor medida tomar decisiones.
LA DIFICULTAD APARECE :
– Ante decisiones que consideramos más transcendentales.
– Con decisiones en las que los valores que entran en conflicto son muy importantes para nosotros.
– Decisiones que nos generan más incomodidad o angustia.
– Situaciones que nos parecen inabordables y ante las que nos bloqueamos, que sería la consecuencia más paralizante ante una toma de decisión.
Porque, cuando se produce un bloqueo este nos incapacita para tomar una decisión. Pero si nos paramos a analizarlo, si este bloqueo persiste mucho en el tiempo, las consecuencias son equivalentes a tomar la decisión de no hacer nada con respecto a las opciones que tenemos delante, y eso es una decisión en si misma. Por tanto, no hay nadie que no sea capaz de tomar decisiones. Cuando alguien no decide porque cree que no es capaz de hacerlo, o porque se bloquea, esta decidiendo (a un nivel más o menos consciente) no hacer nada al respecto.
Pero, ¿por qué este bloqueo? Muchas veces este bloqueo que sentimos, nace de un análisis continuado y exhaustivo de las opciones que tenemos y que nos llevan al agotamiento emocional y cognitivo, donde es frecuente un pensamiento «en bucle» del que no somos capaces de salir, ya que, en el fondo, lo que estamos buscando es la seguridad y la certeza absoluta de que esa es la mejor decisión (algo difícilmente alcanzable al cien por cien, ya que lo más frecuente es que en cualquier decisión que tomemos haya siempre pros y contras).
El problema no surge del propio análisis de la situación, el cual sin duda es necesario para decidir, sino del perfeccionismo o el miedo a las consecuencias de la decisión tomada, el miedo a equivocarnos. De este modo, cuanto más miedo a equivocarnos más difícil será la toma de decisiones.
ALGUNAS CLAVES PARA RESOLVER EL PROBLEMA:
–Usa tu imaginación: Es imposible predecir el futuro, pero si nos puede resultar muy útil imaginarnos en diferentes escenarios correspondientes a las situaciones que se nos plantean, o a las consecuencias que creamos que tendrán las mismas, y detectar en que escenario nos sentimos más convencidos, más tranquilos o a gusto. –Construye hipótesis: Ponte en cual sería lo peor que te puede pasar en cada una de las posibles realidades, ¿Cuál sería la peor consecuencia? ¿Realmente sería tan malo? ¿Qué soluciones o alternativas tendrías en tus manos si te equivocas?
–Practica todos los días un poco: si consideras que tu problema de tomar de decisiones es algo muy frecuente en tu vida: ¡práctica! Toma día a día pequeñas decisiones que no te generen demasiada ansiedad, de tal forma que te acostumbres progresivamente a la incomodidad que normalmente te genera la incertidumbre y el miedo a equivocarte, para así sentirte cada vez más cómodo o cómoda en ellas. No las delegues en los demás. La toma de decisiones es una habilidad, y como todas ellas es necesario practicarla para desarrollarla. –Háblalo, compártelo: el «sacar» un pensamiento fuera de tu cabeza y darle forma a través de palabras siempre ayuda a ordenar ideas, desahogar emociones y desbloquear . Además, en ocasiones, un punto de vista diferente de alguien externo a tu duda también puede aportarte nuevas ideas o opciones que no hayas considerado.
Y RECUERDA:
Es imposible predecir las consecuencias exactas de las alternativas a elegir, de manera que ninguna opción es totalmente correcta o incorrecta. Sé consecuente con tus decisiones sean cuales sean las consecuencias: asumir la responsabilidad y evitar quedarte pensando o lamentándote sobre lo que podía haber pasado tomando otra decisión, será uno de los motores para no estancarte y seguir tomando decisiones en el futuro.
Si eres de las personas a las que le cuesta tomar decisiones, esperamos que nuestros consejos te ayuden. En ocasiones tras la dificultad para tomar una decisión se esconden otras tales como inseguridad o falta de autoestima. En ÍtacaPsicólogos en A Coruña podemos ayudarte en esta y otras cuestiones relacionadas.
SIETE CONSEJOS QUE TE AYUDARAN A CONVERTIR LA LABOR DE CUIDAR DE OTRA PERSONA EN UNA GRAN EXPERIENCIA.
Los cuidadores informales representan el principal recurso de atención que reciben las personas dependientes, enfermos crónicos o ancianos. En la actualidad , a pesar de todos los cambios que la estructura familiar ha tenido en nuestra sociedad, la tarea de cuidar sigue recayendo principalmente en las mujeres quienes en muchas ocasiones ven afectados su bien estar psicológico, físico y social.
Reconozcámoslo, cuidar es una tarea que puede volverse dura. Si bien estar a cargo de una persona dependiente tiene consecuencias positivas ya que, en muchas ocasiones, la relación entre ambos se vuelve más profunda y valiosa, es verdad también, que existen consecuencias negativas tanto para el cuidador como para la persona que recibe las atenciones. La situación de cuidados continuos, y las exigencias de los mismos, hace que el cuidador día tras día se vaya agotando física y emocionalmente. Por eso es de vital importancia que aprenda a protegerse y a “cuidarse”.
La tarea del cuidado familiar recae habitualmente sobre personas con un perfil bastante concreto: mujeres, con una media edad próxima a los 50 años. Aunque los cambios en la sociedad y en los estilos familiares están haciendo que cada vez haya más hombres dedicados al cuidado, sigue siendo mucho mayor el número de mujeres que se ven abocadas al papel de cuidadoras informales, es decir, personas que sin una preparación profesional previa dedican una importante actividad diaria al cuidado de personas con dependencias o discapacidades permanentes.
Las tareas y actividades de la personas cuidadoras son múltiples, exigen tiempo y energía, no siempre son cómodas o agradables, son incluso desagradecidas. Y como generalmente no se han previsto, la persona cuidadora no siempre está preparada con antelación para el cuidado ni para afrontar la diversidad de situaciones que los cuidados conllevan y que hace que cada experiencia de cuidado sea única y distinta a las demás por diversas razones: personales, de parentesco, relación anterior de la persona cuidadora con la persona cuidada, tipo y grado de dependencia y hasta por el motivo por el que se cuida (altruismo, reciprocidad, gratitud y estima, sentimientos de culpa, censuras, aprobación social, interés…).
En general, la persona que es cuidadora se convierte en un nexo entre el enfermo y el mundo exterior, comprometiendo su vida sociolaboral para atender a las personas que de ellas dependen.
El desgaste subsecuente suele conllevar consecuencias a niveles físico, psicológico y social, cuyos efectos se manifiestan en el denominado “síndrome del cuidador” o “Burn-out”. Este síndrome se caracteriza por desgaste personal, limitaciones en el desarrollo de la vida familiar, laboral, social, cultural, sentimientos negativos, ansiedad, depresión y en ocasiones como consecuencia de todo ello problemas de autoestima.
– Desgaste personal tanto físico como emocional caracterizado por:
Aislamiento
Irascibilidad
Perdida de energía
Dificultad para concentrarse, problemas de memoria
-Desgaste social y laboral: cuando la labor de cuidar ocupa la mayor parte del tiempo, las personas cuidadoras van poca a poco priorizando las atenciones frente a sus propias necesidades de relaciones sociales incluso llegando a dejar el trabajo remunerado por no disponer de los apoyos y el tiempo suficiente para acudir al puesto de trabajo.
-Sentimientos negativos: como culpa, tristeza, abatimiento, frustración, enfado, temor…
-Sentimientos ambivalentes: es decir sentimientos contradictorios que van y vienen hacia la persona a la que se cuida. Esta ambivalencia es experimentada de forma negativa por la persona cuidadora aunque es una reacción lógica y normal ya que se afronta una situación generalmente dura relacionada con una persona con la que suele existir una relación emocional previa.
El cuidado continuado puede llegar a hacer que perdamos de vista nuestra propia persona de manera que poco a poco se va desvaneciendo nuestra idea previa hasta llegar a convertirnos en un “casi desconocido para nosotros mismos” afectándose de esta manera la autoestima.
¿Qué podemos hacer para evitar llegar a sufrir el síndrome del cuidador quemado?
Cuidar al cuidador/a.
Pedir ayuda: El agotamiento afecta a la calidad de los cuidados y por tanto genera situaciones violentas. Por eso es recomendable pedir ayuda (a veces a familiares, amigos, profesionales o grupos de ayuda) antes de llegar al límite de nuestras fuerzas y si esta situación se produce, es positivo asumirlo y reconocerlo sin sentimiento de culpa.
El/la cuidador/a nunca debe olvidarse de sí mismo/a: El sacrificio total no tiene sentido. Tiene que preocuparse por su bienestar físico y psicológico con el fin de ofrecer las mejores atenciones. Cuidar la alimentación, el descanso y procurar realizar ejercicio físico, gracias al cual se eliminan toxinas del cuerpo lo que reduce el estrés y la ansiedad que puede provocar las labores de cuidado.
Tomarse descansos diarios: Por ejemplo, es bueno reservarse una hora diaria para asuntos propios y un descanso semanal fuera del contacto directo con la persona dependiente. Quedar con amigos y familiares para realizar actividades lúdicas debe estar en la agenda de todas las personas cuidadoras.
Hay que decir no: tratando de cubrir las necesidades de la persona a la que se cuida pero tratando de poner límite a demandas que sean excesivas.
Marcarse objetivos a corto plazo: factibles a la hora de cuidar. Una buena forma de lograrlo es planificar las actividades semanales y diarias, estableciendo prioridades, gestionar mejor nuestro tiempo nos proporcionará mayor sensación de control sobre la situación.
Fomentar la autonomía del dependiente: resultará beneficioso tanto para la persona que cuida como de la cuidada. Fomentar que realice todas aquellas actividades que pueda por sí misma, aunque lo haga lento o mal.
Espacio propio: Buscar un lugar seguro en el que poder manifestar las propias frustraciones, los temores y los resentimientos como vía de escape emocional.
La labor de cuidar a otra persona puede convertirse en una experiencia realmente positiva si no perdemos de vista la labor de cuidar de nosotros mismos. Lo importante para ofrecer buenas atenciones es que la persona encargada de ellos se cuide y mantenga una buena salud emocional y física que le ofrezca las herramientas necesarias para llevarlas acabo lo mejor posible.
A veces, estamos tan centrados en la tarea de cuidar que dejamos de atender a nuestros propios autocuidados. Si necesitas ayuda en este sentido desde Ítaca Psicólogos podemos ayudarte.
CARIÑO LÁVATE LOS DIENTES, PÉINATE, ¡AH! Y NO TE OLVIDES DE FORTALECER TU AUTOESTIMA ANTES DE IR AL COLE.
No es habitual que las madres o los padres incluyan este tipo de mensajes en la educación de los niños y niñas. Generalmente, con los más pequeños, nos centramos más en que aprendan como cuidarse físicamente pero, sin querer, a veces dejamos de lado enseñar a cuidarse y quererse por dentro, a tenerse estima. Es curioso que esto sea así ya que, más tarde, normalmente a partir de la adolescencia, “autoestima” es una palabra que oímos con mucha frecuencia y nos acompañará el resto de nuestra vida.
Nos referimos con autoestima a la valoración que hacemos de nosotros mismos y que vamos construyendo a lo largo de la vida en base a nuestras experiencias y sensaciones ante situaciones y en las relaciones con otras personas. Aunque esta valoración es continua, los cimientos se construyen en los primeros años y esta imagen que percibimos de nosotros es la que iremos examinando y evaluando en adelante.
Los mensajes recibidos desde la infancia tanto sobre nuestro físico como de nuestra capacidad de realizar actividades con más o menos éxito determinan la calidad de la opinión que nos creamos sobre nosotros mismos. De manera que lo que decimos a un niño o niña se convierte en una potente mecanismo regulador de su futura autoestima. No olvidemos que los mensajes están compuestos de contenido verbal y no verbal, de forma que no solo tendremos que revisar lo que decimos si no también el tono empleado. Si siempre oigo que: mis compañeros sacan mejores notas, que siempre rompo los juguetes, que soy un desastre…. lo más probable es que este sea el modo en que me comporte en el futuro. Y es que el ser humano suele tender a cumplir lo que le anuncian.
El hecho de que nos definan por nuestros comportamientos (gamberro, torpe, “santo”,..) ya sean positivos o negativos favorece que lleguemos a definirnos solo por ese comportamiento, creando lo que suele llamarse “etiquetas”. Ponemos etiquetas cuando nos referimos a los niños en relación a sus actos y les describimos como que son torpes, listos, gamberros, buenos… en lugar de decir que han cometido un error, han sabido resolver el problema, han cometido una gamberrada o que lo que han hecho esta bien. Todo esto va generándonos un compromiso subjetivo que puede hacernos sentir mal en el momento que no nos ajustamos él.
De manera que tanto para ti mismo como si eres madre o padre recuerda que la percepción de uno mismo es más favorable si:
–Destierra el «ser» e introduce el «estar«: «eso que has hecho esta mal» en lugar de «eres malo».
–Reduce el «siempre» en tu vocabulario y aumente el «algunas veces»: «algunas veces haces gamberradas» en lugar de «siempre haces gamberradas».
PROBLEMAS DE AUTOESTIMA:
Cuando hablamos de problemas de autoestima nos referimos siempre a una valoración negativa que la persona hace de si misma; suele verse afectado su bienestar en diferentes áreas de su vida así como el mantener un estado de ánimo bajo continuado. La baja autoestima puede manifestarse de diferentes maneras:
Autocrítica dura y excesiva.
Estado continuo de insatisfacción con uno mismo.
Hipersensibilidad a la crítica. Se puede manifestar porque la persona se siente exageradamente atacada, herida y echa la culpa de los fracasos a los demás o a la situación;
Indecisión, miedo constante a equivocarse.
Necesidad de complacer, a que los otros tenga buena opinión e imposibilidad para decir “no”.
Sensación de fracaso ante errores o fallos por pequeños que sean.
Culpabilidad que puede generar comportamientos defensivos.
Hostilidad, irritabilidad.
Negativismo generalizado.
¿QUE PODEMOS HACER PARA SENTIRNOS MEJOR CUANDO LO QUE VEMOS DE NOSOTROS NO NOS GUSTA O EN LA COMPARACIÓN CON OTROS SALIMOS PERDIENDO?:
-La importancia de qué me digo y cómo me lo digo: los mensajes de ánimo expresados con afecto sirven para cuidar ese «pequeño yo» con el que podemos ser muy duros, provocando rechazo o bloqueo, en vez de motivación.
– Repasa tus éxitos: Hay una tendencia en ciertas personas a activar los detectores de fallos mientras que mantienen los detectores de éxito siempre desenchufados. Ponte pilas nuevas y fíjate en todas aquellas cosas que te gustan de ti, aunque sea algo muy pequeño . Al principio puede costar verlo pero puedes conseguirlo.
–Diariamente revisa aquellas cosas que te han hecho sentir bien contigo: por pequeñas e insignificantes que creas que son. Trata de recordar que características positivas han dicho otras personas e incorpóralas a tu repertorio.
– Ten paciencia: así como respeto, flexibilidad y comprensión contigo mismo.
– Mantén fuera al enemigo: evita mensajes como «no puedo», «no eres capaz», «no lo intentes»… Y practica el “tú puedes», «inténtalo», «una vez más», «bien hecho»…
– Deja las etiquetas para la ropa: Todos somos mucho más que uno o dos adjetivos. Haz una lista lo más larga posible con aquellos adjetivos, positivos y negativos, que crees que forman parte de ti. Y no trates de definirte con uno solo.
LA FORMA EN QUE UNO SE PERCIBE Y SE SIENTE PUEDE CAMBIAR PARA MEJOR:
Ser comprensivo y tolerante con uno mismo no significa renunciar a mejorar y crecer como persona. Muchas de las ideas que establecemos sobre nosotros se mueven en extremos y nos crean verdades que no pueden ser contrastadas objetivamente. Cambiar, flexibilizar estas ideas puede ayudar a realizar un juicio menos duro que nos permita avanzar y mejorar en aspectos concretos.
Una autoestima bien cuidada nos permitirá reconocer nuestros logros, disfrutar de nuestros éxitos, ser condescendiente con nuestros fallos y por tanto conseguir mejorar y sobre todo, sentir respeto y amor hacia nosotros mismos independientemente de lo que opinen los demás.
¡Y RECUERDA!
No eres ni más ni menos que nadie
Ser diferente es lo que te hace especial
¡Quiérete, cuídate y mímate ¡porque como tú no hay dos!
Si crees que tienes problemas de autoestima y encuentras dificultades para mejorarla, desde Ítaca Psicólogos podemos ayudarte. Contacta aquí con nosotros.
Algunas personas son más capaces que otras de enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica distinta. ¿Sabes cómo gestionar las emociones? Aprender a reconocer, identificar y expresar tus emociones con este vídeo de Ítaca Psicólogos.
PARA MUCHOS UNA PÉRDIDA DE TIEMPO PARA OTROS UN PLACER. SEA COMO SEA EL SUEÑO ES TAN IMPORTANTE PARA LAS PERSONAS COMO COMER O BEBER.
Como necesidad básica es imprescindible para mantener nuestra salud física y mental ya que es durante las horas de sueño cuando nuestro cerebro se ocupa de funciones tanimportantes como:
-La secreción de la hormona del crecimiento, imprescindible en los niños y reconstituyente para los adultos;
-Se recuperan los músculos,de esta forma disminuye la fatiga y el cansancio acumulado durante el día
-Favorecer la memoria: el cerebro selecciona lo que les útil y durante el sueño archiva y consolida lo aprendido durante el día;
-Mejorar nuestro humor: el cortisol y caticolaminas, sustancias básicas para mantener la energía, descienden por la noche para volver a subir por la mañana, gracias a lo cual podemos rebajar la tensión acumulada durante el día.
De manera que, si nuestro sueño se altera podremos sufrir efectos dañinos sobre nuestro bienestar como pueden ser: debilitar el sistema inmunológico, alteraciones de memoria, y dificultades para pensar con claridad.
¿CUÁNTAS HORAS DEBES DE DORMIR?
Todos sabemos que dormir es imprescindible pero ¿cuánto sería la cantidad de tiempo óptima que debemos dedicarle al sueño? Siempre se habla de la necesidad de dormir 8 horas diarias, pero lo cierto es que no todos necesitamos dormir las mismas horas. Lo importante es la calidad del sueño y no su cantidad, de manera que para algunas personas 6 horas pueden ser suficientes si el sueño ha sido reparador.
¿QUÉ PUEDE DIFICULTAR TU SUEÑO?
Aun siendo una necesidad básica y que para nuestro descanso pleno resulta imprescindible son muchas las ocasiones en las que, por más que lo intentemos, no conseguimos que aparezca, o puede que, una vez que conseguimos dormir, nos despertemos antes de tiempo. Los motivos por los que nuestro ritmo de sueño se ve alterado son muy variados. En ocasiones surgen a causa de enfermedades físicas (alteraciones endocrinas o metabólicas, neurológicas, respiratorias, dolores musculares o trastornos digestivos,…) y en otras ocasiones se deben a alteraciones psicológicas, como ocurre en el caso de la depresión o laansiedad, donde el ciclo de sueño-vigilia esta generalmente perturbado. Incluso algunos tratamientos farmacológicos destinados a otras dolencias pueden generar alteraciones en el ritmo de sueño, así como el consumo de sustancias excitantes (cafeína, alcohol o tabaco,…)
¿QUÉ PUEDES HACER PARA DORMIR MEJOR?
Sea cual sea el motivo que perturba tu sueño, los consejos que a continuación te proponemos te pueden ayudar.
ANTES DE DORMIR
¡Atención! Zona de descanso
Crea un espacio de calma y tranquilidad. Lo ideal sería que tu habitación este oscura, de lo contrario la luz le dice a tu cerebro de que es hora de despertarse o mantenerse despierto y se preparará para la acción, usa cortinas o persianas para impedir que entre la luz del exterior, no duermas con la televisión encendida y evita el uso de portátil, el móvil o la tablet. El uso de dispositivos electrónicos, debido a la luz artificial que emiten, reduce la fase de sueño REM con lo que la calidad del descanso empeora, además la luz altera el ritmo circadiano lo que produce que al día siguiente estés más adormilado, además de problemas de salud.
Pon orden y trata de que haya pocos objetos alrededor de forma que se cree un ambiente de tranquilidad.
En dormitorio procura una temperatura media, demasiado calor o frío puede perturbar nuestro descanso o generar frecuentes despertares nocturnos.
¡La cama para dormir!
Actividades como tumbarse en la cama para ver la televisión, estudiar, leer las redes sociales, revisar el correo o jugar en el móvil, tableta o portátil son poco recomendables ya que nuestro cerebro necesita asociar el sueño al acto de dormir y este tipo de actividades no benefician en absoluto la llegada del sueño.
TODOS LOS DÍAS
Establece una rutina a la hora de acostarte
Mantén un horario constante, acuéstate y levántate siempre a la misma hora, así ayudarás a tu cuerpo a regular sus ritmos circadianos, esto es organizar el ritmo correcto de sueño-vigilia, con lo que te resultará más fácil quedarte dormido y levantarse por las mañanas
Deja de trabajar por lo menos una hora antes acostarte.
Al llegar a casa después de un largo día es frecuente que lleguemos con estrés y cansados, en lugar de ir bajando el ritmo de actividad solemos seguir bastante activos, lo ideal sería ir poco a poco desconectando y relajando reduciendo la actividad. Permite que tu mente se relaje para que puedas dormir tranquilamente dejando para el día las preocupaciones y o la ansiedad.
Un baño caliente, ducha o sauna antes de acostarte
Busca algo que te relaje como darte una ducha o baño caliente, escuchar música tranquila o infusiones relajantes y, si te funciona, repítelo todas las noches.
Come algo ligero.
Elige alimentos ricos en triptófano y que pueden ayudarte a conciliar el sueño, como un yogurt, un vaso de leche o plátanos.
CON FRECUENCIA
Haz algo de ejercicio:
Actividades sencillascomo caminar, correr o nadar. Cuando nos cansamos por el ejercicio nos dormimos más rápidamente, aumentamos la cantidad de sueño profundo y despertamos con menos frecuencia durante la noche.Si practicas algún deporte de forma habitual, recuerda que no es recomendable que lo hagas por la noche ya que puede aumentar tu nivel de actividad y dificultar que te duermas.
Siesta Sí:
Pero corta. Dormir la siesta nos permite continuar con energía el resto del día, pero es mejor que no supere los 20 minutos, si te pasas lo que puede suceder el que por la noche no consigas conciliar el sueño.
Si con los consejos anteriores tu sueño sigue resistiéndose y no consigues dormirte: levántate:
El sueño tiene la mala costumbre de aparecer cuando él quiere y no cuando lo llamamos, de manera que dar vueltas y vueltas durante horas no es la mejor manera de que aparezca. Si llevas un buen rato dando vueltas y no consigues conciliar el sueño, puedes entenderlo como una señal de que no estás relajado y te va a costar dormir. Levántate, lee un poco, bebe un vaso de agua o haz cualquier cosa que evite que seas tú el que intenta provocar el sueño, luego vuelve a la cama.
¿QUÉ DEBES EVITAR?
Puede que trates de llevar a cabo todos estos consejo pero al mismo tiempo sigas otros hábitos que no favorecen tu descanso. Presta atención a algunas cosas que debes evitar a la hora de dormir.
-Cenas copiosas
-Bebidas alcohólicas. Como depresor del sistema nervioso el alcohol provoca sueño pero su efecto desaparece a las pocas horas y provoca que podamos despertarnos varias veces a lo largo de la noche, impidiendo el descanso necesario.
-Bebidas estimulantes como el café, el té o algunos refrescos
-El tabaco, ya que la nicotina dificulta que nos quedemos dormidos.
-Evita mirar el reloj o el despertador cuando te despiertas por la noche. Durante la noche no necesitas saber la hora, y es una acción que produce bastante ansiedad a la hora del descanso, lo que repercute en la calidad del sueño.
El sueño y la oportunidad de descanso qué este nos permite puede verse afectado en algún momento de nuestra vida y puede ser causado por motivos tanto externo como internos. Sigue nuestros consejos diariamente para conseguir unas buenas condiciones que te faciliten el dormir, si aún así tienes dificultades o en caso de que creas que hay algo más que esté afectando tu descanso puedes consultarlo con los profesionales deÍtacaPsicólogos en Coruña.
COMEMOS PARA ALIMENTARNOS,COMEMOS POR PLACER Y A VECES COMEMOS PARA SENTIRNOS BIEN PERO ¿COMEMOS SIEMPRE LO QUE NECESITAMOS?
Todos conocemos la relación que existente entre una buena alimentación y una buena salud física. Sin embargo, es menos conocida la relación entre estado de ánimo y alimentación.
En los alimentos que ingerimos se encuentran multitud de componentes y nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo pueda funcionar sin dificultades.
El cerebro, órgano fundamental que rige y organiza todas las funciones de nuestro organismo, es también el responsable de regular nuestro estado de ánimo gracias, entre otros componentes, a algunos neurotransmisores (sustancias encargadas de enviar información entre neuronas) como la serotonina, la dopamina o las endorfinas. Será entonces el aumento o descenso de estas sustancias así como la presencia o ausencia de otras, como la adrenalina o el cortisol (generados en momentos de estrés) lo que provocará en nosotros que nos sintamos más optimistas, más motivados, animados o que por el contrario nos desanimemos, o tengamos una sensación de tristeza inexplicable.
Los neurotransmisores más conocidos y con mayor peso en la modulación del estado de ánimo son:
La serotonina modula el estado de ánimo así como las emociones, el sueño y el apetito. Es clave para nuestra felicidad y ayuda a combatir el estrés y la depresión. Para que se produzca serotonina en nuestro cerebro es necesaria la presencia del triptófano.
La dopamina controla el movimiento, las emociones, los ciclos de sueño y la capacidad de experimentar placer. Nos hace sentirnos bien y es determinante para mantener nuestros niveles de energía y favorece la concentración y motivación
Las endorfinas, opiáceos naturales del organismo con un poder mayor que cualquier medicamento contra el dolor. Promueven estados de bienestar, calma, mejoran el humor, contrarrestan los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad, potencian las funciones del sistema inmunitario y ayudan a reducir el dolor.
Otras sustancias imprescindibles para nuestro organismo y directamente relacionadas con nuestro ánimo sería el grupo de vitaminas B, especialmente la vitamina B12, la fibra, algunos ácidos grasos como el omega3, el triptófano y minerales como el zinc.
Diversos estudios se han centrado en buscar de qué manera la alimentación regula la química cerebral generando sensación de alegría y bienestar o, por el contrario, estados de ánimo bajo. La mayoría de los resultados demuestran que existen alimentos que favorecen la secreción de neurotransmisores implicados en estados de ánimo positivo así como su ausencia o escasez o el exceso de otros alimentos pueden generar estados depresivos. De manera que eligiendo aquellos alimentos adecuados e incorporándolos en nuestra dieta habitual, podríamos equilibrar nuestro sistema nervioso y prevenir o evitar sensaciones de decaimiento, tristeza o apatía.
Parece que la época n la que vivimos, sobre todo el ritmo del día a día y la facilidad al acceder a comidas elaboradas, a veces, dificultan que podamos mantener una dieta que aporte todos aquellos nutrientes que cuerpo y cerebro necesitan. Pero no todo es tan complicado, a continuación detallamos cuáles son las sustancias que deben contener los alimentos que ingieras así como una serie de alimentos comunes que puedes incorporar en tu dieta diaria.
¿Qué sustancias debemos buscar cuando elegimos lo que comemos?
Alimentos ricos en vitamina B
Cuando los niveles de vitaminas del complejo B (en especial la cobalamina y el ácido fólico) son escasas, el sistema nervioso central puede verse alterado, llegando a generar depresión. Incluir diariamente alimentos ricos en estas vitaminas, como verduras de colores fuertes o frutas cítricas puede ayudarnos a sentirnos algo mejor y prevenir sentimientos negativos.
La vitamina B12, presente en el salmón, el huevo y el aguacate, evita el mal humor y aumenta la concentración y la energía.
El aguacate y la avena tienen alto contenido en vitamina B6 que mejora el funcionamiento del sistema nervioso con lo que se previenen la ansiedad, la depresión, el insomnio y evita la fatiga. También encontrarás vitaminas B en las legumbres y levadura de cerveza entre otros alimentos.
Alimentos ricos en zinc
Parece que los bajos niveles de zinc se relacionan con trastornos de estado de ánimo que además es una gran fuente de energía.
Los alimentos ricos en proteínas, como la yema de huevo, el hígado, el pavo, cordero, la carne de cerdo, salmón, langosta, leche y derivados, contienen grandes cantidades de zinc.
Las nueces, los cacahuetes y los anacardos, los cereales de granos enteros, la avena, germen de trigo, arroz integral, los garbanzos, las judías blancas, las espinacas, el ajo y el chocolate negro, también suponen un buen aporte de zinc a nuestro organismo.
Triptófano
Este es un aminoácido esencial, que solo puede ser ingerido a través de la alimentación y es imprescindible para la fabricación de serotonina. Aunque la mayor parte de los alimentos contienen triptófano este tiene más poder cuando está asociado a alimentos con glucosa, magnesio o vitamina B, entre otros.
Alimentos que puedes incluir si quieres mejorar tus niveles de triptófano son:
Carnes magras como la de pavo y pollo. Pescados como el salmón y el atún.
Algunas verduras, por ejemplo las alcachofas y los berros que además contienen vitamina C y B9 que previenen el cansancio y la fatiga.
Cereales integrales, legumbres como habas, garbanzos, lentejas y guisantes.
La piña y el plátano, son de las frutas con mayor aporte de triptófano
El chocolate negro, con una alta concentración de cacao, servirá para subir nuestro estado de ánimo y energía gracias a su poder excitante.
Entre los frutos secos elegiremos las almendras y nueces, también algunas semillas como las pipas de calabaza y de girasol.
Fibra
Los alimentos ricos en fibra liberan la glucosa en el flujo sanguíneo de forma gradual, evitando que baje el azúcar en sangre y con ello, los cambios de humor.
Omega 3
El Omega 3 es un tipo de ácido graso que favorece la disminución de síntomas de ansiedad, trastornos del sueño, sentimientos de tristeza.
Hay muchos alimentos que contienen Omega3, algunos de ellos donde podemos encontralo es en los pescados azules o grasos, como el atún, salmón, trucha, sardinas y anchoas. Otra forma de enriquecer nuestra dieta con Omega 3 sería a través de los frutos secos, que además de contiene vitamina E.
Beta carotenos
Se encuentra en abundantes en vegetales de color rojo o anaranjado: las zanahorias, los tomates, la calabaza o la batata. Todos ellos son muy antioxidantes y favorecen un buen estado de ánimo por ayudar al correcto funcionamiento de todos los órganos del cuerpo.
Vitamina E
Es un potente antioxidante que se encuentra en las verduras de hoja verde : espinacas, acelgas, col rizada, algas, en los frutos secos, … Contienen ácido fólico, una vitamina cuya carencia se asocia a la depresión y, además, se relaciona con la fatiga o la irritabilidad.
Alimentos que deberíamos consumir con moderación
De la misma manera que hay alimentos que debemos incorporar por su poder de elevar el estado de ánimo, tenemos que tratar de evitar aquellos otros que pueden alterarlo. Algunos de ellos son:
Azúcar
El exceso de azúcar refinado puede generar fluctuaciones de azúcar en la sangre, que pueden provocar cambios de humor, y ejercer un efecto dañino sobe nuestra salud mental. Los alimentos procesados que además del azúcar y el gluten, también pueden contener grasas trans, colorantes artificiales, glutamato monosódico (MSG: E621), endulzantes artificiales y otros ingredientes sintéticos vinculados a la irritabilidad y mal humor.
Las grasas saturadas
La comida rápida, como son la pizza, los perros calientes, las hamburguesas, los tacos, las patatas fritas, entre otros; contienen gran cantidad de estas grasas, su consumo elevado causa engrosamiento de los vasos sanguíneos y bajan los niveles de serotonina lo que lleva a sentimientos de tristeza y desánimo, además de una desagradable sensación de pesadez.
La cafeína
Afecta al estado de ánimo ya que su consumo excesivo puede producir irritabilidad, problemas estomacales, disminuir el ritmo cardíaco y además insomnio. Aunque no afecta por igual a todas las personas, si podemos decir que la cafeína afecta el sistema nervioso de la mayoría de sus consumidores. No excederte en el consumo de alimentos con cafeína puede ser una forma de cuidar tu estado de ánimo.
Esta claro que los alimentos tienen un inmenso impacto en nuestro cuerpo y cerebro. Comer no es solo un placer en si por comer aquello que nos guste sino que puede llegar a ser una fuente de placer al mejorar nuestra salud mental y física.
Esperamos que después de leer este artículo recurras a la nevera o al mercado para ponerte manos a la obra a la hora de cuidar tu estado de ánimo en vez de recurrir al botiquín de medicinas. Si aún así te sientes desanimado, pesimista o triste, en Ítaca Psicólogos podemos ayudarte.
DESCUBRE EN QUÉ CONSISTE EL SÍNDROME PREMENSTRUAL Y PONLE REMEDIO CON NUESTROS SIGUIENTES CONSEJOS.
¿Sientes que cada mes se repiten la tristeza, la irritabilidad, la fatiga o la desgana con más intensidad de lo habitual?
El síndrome Premenstrual (SPM) aunque está claramente descrito en los ámbitos médico y psicológico sigue siendo desconocido para muchas personas. A menudo, tanto hombres como mujeres, hablan de los síntomas de forma individualizada asociándolos a los días previos a la menstruación pero sin que se vean como formando parte de un conjunto.
Mes tras mes muchas mujeres ven alterado su bienestar físico y emocional por alteraciones causadas por la menstruación, en las mayoría de las mujeres estos cambios suponen un malestar leve llevadero que asumen con naturalidad, sin embargo para otras mujeres las molestias son tan intensas que llegan a interferir en muchas de las áreas de su vida cotidiana; amigos, familia, pareja, trabajo, ocio,…
El Síndrome Premenstrual está formado por un conjunto de síntomas físicos y psicológicos que comienzan justo después de la ovulación y desaparece generalmente cuando comienza el periodo o poco después, por lo que puede durar de 10 a 16 días.
Tanto la duración como la intensidad de los síntomas depende de cada caso individual así también en cada caso podrán prevalecer los síntomas físicos, los psicológicos o una combinación de ambos. En algunos casos se dan síntomas mas intensos que los del SPMl (síntomas de depresión grave, irritabilidad y tensión antes de la menstruación). A esta afección que se da en este periodo de tiempo determinado se la conoce como Trastorno Disfórico Premenstrual.
¿Cómo podemos reconocerlo?
Rápidamente podemos darnos cuenta de síntomas evidentes y que la mayoría de nosotros hemos sufrido directa o indirectamente. El conjunto de síntomas que conforman el SPM se divide en físicos y psicológicos. Algunos de los más habituales son los siguientes:
Síntomas físicos:
Dolor en las articulaciones, dolor muscular, dolor de espalda.
Sensibilidad o dolor en senos.
Distensión abdominal.
Cefalea.
Trastornos de la piel.
Aumento de peso.
Edema en extremidades (manos, pies, o ambos).
Síntomas psicológicos y conductuales:
Cambios en el apetito, comer en exceso, o los antojos de alimentos específicos.
Fatiga, letargo, falta de energía.
Los cambios de humor (tristeza, llanto, aumento de la sensibilidad al rechazo).
Irritabilidad.
Ira.
Trastornos del sueño.
Inquietud.
Falta de concentración.
Aislamiento social.
La falta de interés en actividades usuales.
Soledad.
Ansiedad.
Estado de ánimo depresivo.
Confusión.
Tensión.
Desesperación
¿Que es lo que causa el SPM?
Existen diferentes hipótesis que explican el origen del SPM y del Trastorno Disfórico Premenstrual. Por un lado están las teorías centradas en el componente hormonal donde las causas tendrían que ver con un desequilibrio entre los estrógenos y la progesterona al aumentar los primeros. Otras teorías hablan sitúan la causa del SPM en la respuesta anormal del organismo ante las alteraciones de neurotransmisores neuronales como las betaendorfinas. También se han defendido otros posibles mecanismos que lo relacionan con la nutrición, la deficiencia de vitamina B6, la hipoglucemia y niveles bajos de calcio o magnesio. En todas ellas se habla del componente psicológico, en el que destacan factores emocionales donde aquellas mujeres con mayor carga emocional serán más susceptibles de sufrir el SPM.
No existe ninguna hipótesis que, por sí sola, explique las causas del Síndrome Premenstrual. Lo más probable es que se trate de una combinación de distintos factores que a la vez interactúan con algún acontecimiento vital: estrés, los problemas en casa o en el trabajo, los exámenes u otras situaciones estresantes. Este síndrome puede ser hereditario pero también adquirido cuando en el contexto de la mujer existen factores de estrés sobre todo situaciones crónicas en edades tempranas.
Diagnóstico
Para establecer el diagnóstico del SPM, el médico debe descartar que la paciente no tenga patologías o desórdenes que muestren síntomas parecidos. La paciente debe tener manifestaciones características de este trastorno, y estas manifestaciones deben ser lo suficientemente graves como para interferir con el trabajo diario y las actividades sociales y que se repiten en el cada ciclo menstrual.
De acuerdo con The American College of Obstetricians and Gynecologists, los síntomas de deben estar presentes durante los 5 días antes del periodo y por lo menos en tres ciclos menstruales consecutivos, terminar al cabo de 4 días del comienzo del periodo e interferir en algunas de sus actividades normales. Los síntomas y las fechas menstruales deben ser seguidos de forma prospectiva para establecer la sincronía entre la fase lútea y el aumento de los síntomas.
El Síndrome Premenstrual no afecta a todas las mujeres y aquellas que lo sufren presentan variedad en el conjunto de síntomas e intensidad de los mismos. Aunque la sintomatología puede aparecer desde la adolescencia hasta la menopausia la intensidad varía siendo más suave en la adolescencia y primeros años de la vida adulta.
¿Qué podemos hacer si sufrimos SPM?
Existen dos vías a la hora de combatir sus síntomas. Por un lado podemos optar por los tratamientos farmacológicos y por otro, podemos optar por aquellos tratamientos que suavizan los síntomas sin recurrir a fármacos. Cada mujer debe decidir cuál de estas alternativas es la que más le conviene.
En caso de recurrir a los tratamientos farmacológicos es necesario consultarlo con el médico de cabecera quien puede recomendarnos cual es el más adecuado.
En este artículo nos centraremos en las alternativas no farmacológicas, recursos sencillos que se pueden poner en práctica sin dificultad y que tiene un efecto muy beneficioso sobre el malestar causado por el SPM.
Terapias no farmacológica
Hay gran variedad de hábitos saludables y rutinas que pueden ayudarnos a sobrellevar los síntomas:
Seguir una dieta adecuada (abundante en carbohidratos, triptófano y baja en sal, azúcar, grasas, cafeína y alcohol)
Infusiones como la manzanilla por sus propiedades analgésicas o extracto de fruto del árbol de casto que reduce la irritabilidad, la cefalea y suaviza los cambios en el estado de ánimo.
Dormir entre 7 y 8 horas diarias
Realizar pequeños estiramientos musculares o ejercicio moderado que nos ayudará a disminuir la sensación de tensión física y mental aumentando la sensación de bienestar.
Ejercicios de respiración, relajación, yoga o masajes terapéuticos indicados para favorecer la serenidad y tranquilidad tan necesarios para sobrellevar los síntomas así como el día a día. Recuerda que el estrés empeora los síntomas.
Complementos vitamínicos y minerales, incluyendo vitamina D, vitamina E, vitamina B-6, calcio y magnesio.
La psicoterapia ha demostrado ayudar a las pacientes
El Síndrome Premenstrual puede causar un gran malestar en las mujeres que lo sufren y el desconocimiento del mismo, puede interferir en las relaciones con nuestro entorno. Siguiendo los consejos anteriores podrás sobrellevar el SPM y conseguir mantener tu ritmo de vida con la menor dificultad.
Es frecuente que en consulta nos encontremos con mujeres que sufren, sin saberlo, SPM o Trastorno Disfórico Premenstrual y lo confunden con depresión. Si tienes dudas, o necesitas ayuda con tus síntomas no dudes en llamarnos, en Ítaca Psicólogos en A Coruña podemos ayudarte.
TRUCOS PARA VENCER EL DESÁNIMO DURANTE EL CAMBIO DE ESTACIÓN
¿DE PRONTO TE SIENTES CANSADO, ABATIDO Y SIN GANAS DE NADA?
Con la llegada del otoño algunas personas sienten que su energía vital desciende y el día a día se vuelve más complicado. En el post que te presentamos a continuación podrás encontrar algunas explicaciones y consejos para llevar mejor el cambio de estación y la conocida como depresión estacional.
La caída de las hojas de los árboles, el color ocre del campo, la luz cansada de los días que se hacen más cortos y la vuelta de la lluvia nos hace recordar que el otoño comienza. Muchos son los poetas y pintores que cantan la hermosura de esta estación que tiñe de tonos cobres, rojos y ocres la naturaleza y que llena de romanticismo y melancolía a muchas personas. Por eso no es extraño que haya algunos hombres y mujeres a los que la entrada del otoño les sume en un estado anímico acorde con lo que la misma naturaleza nos comunicad de forma sutil.
El descenso de la energía vital, la perdida de motivación, la búsqueda de la soledad, alteraciones en las horas de sueño y sus consecuencias sobre el carácter, son algunos de las señales que pueden indicarnos que el cambio de estación ha llegado.
¿Cuales son las causas?
No es solo el efecto “romántico”de la estación lo que perturba el día a día de muchas personas, si no que también existe una relación directa/causal entre el descenso de la intensidad y las horas de luz con nuestro estado de ánimo.
Los ritmos circadianos, constituyentes del reloj biológico, regulan las funciones fisiológicas de los estados de vigilia, asociados a las horas de luz y caracterizados por una mayor actividad, y el sueño, donde se ralentizan las funciones fisiológicas y se asocia a horas de oscuridad,en un ciclo que se repite cada 24 horas. Los rayos de sol facilitan la liberación en nuestro cerebro de la hormona que provoca bienestar y buen humor, la serotonina. Por el contrario la falta de luz aumenta la producción de melatonina que es la hormona del sueño. El organismo esta programado para alternar el día con la noche de manera que cualquier alteración en el ciclo conlleva consecuencias como somnolencia, cansancio, apatía, así como alteraciones en la atención, la concentración y en el estado de ánimo, síntomas que habitualmente se relacionan con la depresión. Un ejemplo que todos podemos comprender son los efectos causados por el conocido “jet lag”
¿A quién afecta?
No afecta a todo el mundo por igual, las mujeres de entre 20 y 30 años y hombres y mujeres con antecedentes de trastornos afectivos, presentan una mayor vulnerabilidad antes los cambios estacionales.
Aunque este es un trastorno transitorio que desaparece según nos vamos adaptando y con el aumento de horas de luz, las consecuencias en el día a día son inevitables y a veces pueden llegar a preocupar.
¿Qué podemos hacer?
Si el factor causal principal es la falta de luz, parece obvio que lo primero que debemos hacer es aprovechar los días soleados, si es posible, por las mañanas.
Realizar actividad física, si el tiempo lo permite en el exterior. No hace falta que te apuntes a una maratón, si caminas rápido una hora al día, es suficiente.
Sitúa tu lugar de trabajo cerca de una ventana. Si trabajas al aire libre, este consejo no es para ti.
Trata de evitar ambientes pequeños y oscuros. Ten en casa lámparas de alta potencia y rodéate de objetos que reflejen la luz.
Si estos “trucos” no resultan suficientes, recuerda que este estado anímico motivado por el cambio de estación suele ser transitorio y que poco a poco volverá el bienestar.
En caso de que los síntomas te resulten costosos de sobrellevar o se prolonguen en el tiempo, en ÍTACA PSICOLOGOS en CORUÑA podemos ayudarte a sentirte mejor.
La vuelta al cole está a la vuelta de la esquina y con ella ultimamos detalles para que sea lo más llevadera para los más pequeños de la familia. Niños, niñas y adolescentes comenzarán a pasar gran parte de su tiempo en las aulas durante los próximos nueve meses, durante dicho período de tiempo adquirirán conocimientos, desarrollarán nuevas habilidades y destrezas, así como estarán en constate contacto con la sociedad más adecuada para ellos: niños y niñas de su edad. Si bien la vuelta a la escuela conlleva a un montón de connotaciones positivas, también debemos de tener presente el lado más amargo, el que queremos evitar que sufran nuestros infantes, los conflictos entre ellos. Dado que el acoso escolar o bullying está a la orden del día es importante que madres, padres y tutores estén alerta para poder detectarlo lo antes posible.
El acoso escolar o bullying es un problema latente en escuelas e institutos a través del cual se provocan miedos, temores y angustias en los pequeños de la casa. Este tipo de situaciones no suelen surgir por un motivo en concreto, simplemente se inicia cuando uno o varios alumnos acorralan a otros de forma constante y repetitiva, haciendo que estos últimos pierdan autoestima, mientras que aquellos que provocan el conflicto se sienten más fuertes e imponentes.
TIPOS DE BULLYING
Existen diferentes modalidades de acoso escolar o bullying, pueden manifestarse de forma individual o combinando varias de sus formas:
Verbal: canal más habitual mediante el que se producen situaciones de acoso, a través de las palabras se daña directamente a la víctima mediante insultos, menosprecios, motes, acentuación de defectos físico y/o personales, etc.
Físico: desde patadas y puñetazos hasta la realización de daño físico con la ayuda de objetos, así como mordeduras o empujones. Existe un bullying físico indirecto cuando son los objetos personales de la víctima los que resultan dañados.
Social: el hacer el vacío y la falta de invitación para la realización de actividades colectivas se transforman en exclusión y aislamiento.
Psicológico: a través de las burlas, las amenazas y demás actuaciones negativas se crean en la persona dañada sentimientos de miedo, temor y baja autoestima.
CIBERBULLYING
Las cifras en cuanto a acoso escolar son alarmantes ya que manifiestan que uno de cada tres escolares sufre este tipo de malestar, habitualmente en la escuela pero ya es usual que el bullying se manifieste a través de Internet y los medios digitales. Si ya había que tener especial cuidado con los contenidos a los que accedían los niños y niñas mediante ordenadores y tabletas, ahora también hay que tener cierto control sobre aquello que publican en las redes sociales. Todo contenido publicado puede volverse en su contra, por lo que dichas redes se convierten en claros escenarios para la realización de bullying entre compañeros, ya sea mediante acoso directo a través de mensajes o por la divulgación de contenido editado para ridiculizar, como fotos o escritos que anteriormente había hecho público el joven al que se le van a causar mofas o burlas.
Ante una situación de acoso escolar es frecuente que aparezcan señales o signos de malestar en el niño. Si el comportamiento de tu hijo o hija ha cambiado y no quiere salir e ir al colegio, en ÍTACA PSICÓLOGOS CORUÑA podemos ayudarle a recuperar la confianza en sí mismo.
Cada persona es un mundo, de hecho dos personas con un mismo problema o parecido pueden llevarlo por caminos totalmente diferentes y lograr resolverlo en más o menos tiempo. Está claro que las circunstancias personales de cada individuo marcan el modo de vivir la situación y la manera de afrontarla, pero esta vez vamos a ponernos en el caso de que sus vidas sean prácticamente exactas. ¿Por qué uno conseguiría superarlo antes que otro? A continuación te damos las claves y formas para que tú consigas superarlo, al tener la mente más clara y saber gestionar mejor tus emociones.
CÓMO LOGRAR PENSAR EN POSITIVO
Hay tres puntos importantes a tener en cuenta. Si bien es cierto que el entrenarte a ti mismo para ver la vida de otra forma es uno de los pilares fundamentales para llegar a ser una persona positiva, existen otros dos pilares básicos para que este proceso de resultados: rodearte de personas positivas y evitar todo aquello que transforme tu energía en negativa. En las próximas líneas profundizamos un poco más:
Sentirse bien uno mismo es quizás lo más importante pero, en multitud de ocasiones, lo más difícil de conseguir. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, la inteligencia emocional es una asignatura pendiente para muchas personas, saber ejercitarla y mejorarla ayudará a conseguir una mejor autoestima y por consiguiente, a quererte más, sentirte mejor y que los siguientes consejos sean más fáciles de llevar a cabo. Pensar en ti es darle rumbo a tu vida hacia donde deseas llegar, es luchar por tus sueños e ir cruzando las metas que poco a poco te vayas marcando ya que con esfuerzo, empeño y comunicación con las personas adecuadas será mucho más fácil aproximarte al éxito.
Relacionarse y convivir día a día con personas con pensamientos positivos hace que sea más fácil superar cualquier tipo de situación, con personas motivadoras y con ganas de vivir alrededor es mucho más llevadero cualquier obstáculo que surja. Por tanto, que cultives un pensamiento positivo es beneficioso para ti y también para los que te rodean, y viceversa. Practicar deporte, actividades creativas y manuales, leer y no dejar de aprender haciendo lo que te gusta hará que te sientas realizado y por consiguiente feliz, además estarás fomentando una comunicación rica e interesante, así como la motivación a personas de tu alrededor para realizar este tipo de tareas en su tiempo de ocio.
Evitar todo aquello que te provoque frustración y malestar, en este bloque pueden englobarse desde trágicos recuerdos del pasado hasta sentimientos temidos como el miedo o el fracaso. Tratar de enfrentarte a tus miedos es algo positivo, pero debes de tener paciencia y fuerza de voluntad. Un ejercicio habitual para enfrentarte a malos recuerdos es intentar pensar en qué otra forma de actuar o de sobrellevarlo habría resultado mejor, para que si en un futuro se repite algo parecido consiga hacerte menos daño o te resulte más sencillo superarlo.
“Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar”, Charles Chaplin. Él lo tenía claro, ¿y tú? Si llevas tiempo intentando cambiar tu forma de ver las cosas y cómo afrontarlas pero no lo consigues, habla con ÍTACA PSICÓLOGOS en CORUÑAy te ayudaremos.
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